Los Arribes del Duero, un lugar muy especial repleto de rincones por descubrir y de numerosas actividades para hacer.
En la actualidad, con la creciente popularidad del turismo rural, hemos ido sustituyendo los viajes meticulosamente planificados para conocer grandes ciudades, por pequeñas escapadas al aire libre escogiendo planes más relajados que nos hagan desconectar de verdad.
Este cambio, nos permite disfrutar de experiencias auténticas alejándonos del bullicio urbano y conectando con la tranquilidad que solo la naturaleza ofrece.
Descubre con nosotros una nueva manera de viajar, repleta de diversos planes y muy alejada de la percepción común de que la naturaleza es monótona.
En este post, nos adentraremos en los Arribes del Duero, un parque natural protegido que se extiende a lo largo de la frontera entre España y Portugal. En este paraje único, donde el río Duero serpentea entre profunos cañones y acantilados, descubriremos cuatro actividades para hacer, en las que la desconexión y el disfrute están aseguradas
Sumérgete en la belleza que esconde los Arribes del Duero a través de las numerosas rutas entre las que elegir. Y si viajas con niños, despreocúpate, pues hay una ruta perfecta para cada uno, adaptándose a vuestros planes, capacidades físicas, la época del año o la región que deseéis explorar.
Sea cual sea la ruta por la que os decantéis, las impresionantes vistas panorámicas y los espectaculares paisajes están garantizados.
Los Arribes del Duero se destacan como un santuario de biodiversidad, hogar de una flora y fauna autóctona excepcional, vastos campos de viñedos y una conservación notable de su valioso patrimonio. Sin embargo, siempre que nos preguntan qué visitar no dudamos en responder que no se pueden perder los miradores y cascadas.
Desde elevados puntos que nos regalan unas vistas panorámicas asombrosas hasta el susurro relajante de las cascadas. Un plan único que nos lleva a conocer rincones mágicos y nos conectan con la grandeza de la madre naturaleza.
Como hemos indicado previamente, la belleza paisajística de los Arribes es excepcional. Y para conocerlo en todo su esplendor no hay nada mejor que desde las alturas.
Para llegar hasta ellos, tendrás que caminar un poquito por terrenos dispares, con elevaciones, matorrales, curvas, pequeños animalitos…Pero cuando finalmente llegues al punto clave, levanta la cabeza y disfruta del impresionante paisaje que se extiende ante tus ojos.
A continuación, te enumeraremos solo algunos de los miradores que no debes perderte. Para conocer información más detallada y otros miradores, visita nuestro post sobre la ruta de miradores.
Si eres más de andar por suelo llano, pero quieres seguir disfrutando de estas bellezas paisajistas, te proponemos que vayas a conocer las numerosas cascadas que alberga este lugar. Todas las rutas salen de la Posada Doña Urraca en Fermoselle (Zamora), por lo que puedes descansar en ella y al día siguiente elegir cuál visitar.
A pesar de que esta actividad la puedes realizar cualquier época del año, te aconsejamos que, si tienes la oportunidad de escoger, elijas una fecha a finales de enero o principios de febrero. Durante estos meses, con las lluvias y el deshielo, las cascadas exhiben su esplendor. Eso sí, no te olvides de ir bien abrigado, con impermeable y calzado cómodo. ¡Ah! Y una mochila con una botella de agua y bocadillo para recargar energías, que la naturaleza abre el apetito.
Descubre un fascinante plan durante tu estancia en la Posada Doña Urraca: la apasionante observación de aves en la zona. La posición estratégica de esta posada y la tranquilidad que reina en el Parque protegido la convierten en un auténtico santuario para diversas especies autóctonas, muchas de las cuales se encuentran en situación de peligro de extinción.
Para sumergirte en esta experiencia, dirígete al pintoresco pantano de Ricobayo y las Arribes del Duero, una región serena donde el único sonido que romperá el silencio será el dulce piar de las aves. En este impresionante paisaje, se encuentran estratégicamente ubicados los "hides", pequeñas cabañas construidas con materiales naturales para mimetizarse con el entorno y no perturbar a las aves. Desde estos refugios, tendrás la oportunidad de observar y fotografiar aves y rapaces en su hábitat natural.
La simple expedición por los majestuosos cañones escarpados, el serpenteante curso del río Duero y los vastos bosques frondosos de las Arribes del Duero te ofrecerá un escenario idílico para avistar buitres leonados, cigüeñas negras, alimoches y águilas reales.
Además de su topografía variada y microclima único, las Arribes del Duero forman parte de las rutas migratorias de aves. Esto las convierte en una parada estratégica para aquellas aves que, tras horas de vuelo, buscan descanso y alimento. Este reconocimiento ha llevado a que el Parque de los Arribes del Duero sea distinguido por la UNESCO desde 2015 como una zona óptima para la protección de aves, ecosistemas y paisajes de la Meseta Ibérica.
La observación de aves está disponible durante todo el año, pero para vivir al máximo este espectáculo natural te recomendamos elegir fechas que coincidan con las migraciones estacionales.
¡Embárcate en una experiencia diferente y descubre la riqueza que sobrevuela Los Arribes del Duero!
La singularidad de los Arribes emana de sus encantadores pueblos que los componen. Cada uno de estos lugares exhibe características únicas, ofreciendo pequeños rincones por descubrir, exquisitos platos gastronómicos para degustar, selectos vinos con los que brindar, todo ello preservando la apreciada tranquilidad que caracteriza la región.
No obstante, entre todos estos atractivos, lo que verdaderamente distingue y atrae a los visitantes es la cálida hospitalidad de sus habitantes. Ansiosos por recibir a los turistas, los lugareños desean cautivarlos con relatos fascinantes sobre el origen del pueblo, sus arraigadas tradiciones y valiosas recomendaciones de lugares para visitar. O, simplemente, comparten entrañables anécdotas de su infancia que guardan en su memoria. Es innegable que son estas personas las que confieren a estas comunidades un encanto verdaderamente especial.
Con tantas opciones irresistibles, entendemos que la elección del pueblo por el que comenzar puede resultar abrumadora. Para simplificar tu decisión, hemos preparado un artículo en el que exploramos a fondo cada uno de estos encantadores destinos. Ahora, nos centraremos solamente en dos de ellos.
La cuna del vino y uno de los pueblos más hermosos de España, es una parada obligatoria. En su pequeño tamaño hay cabida para un gran Patrimonio artístico, histórico, cultural y arquitectónico.
Mientas paseas por sus estrechas calles, sentirás que has retrocedido en el tiempo. Déjate perder entre sus calles y descubrirás su belleza arquitectónica como la Ermita de la Soledad o la majestuosa Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Esta región alberga paradas obligatorias que encantarán incluso a los más exigentes. Si buscas un plan tranquilo, te propongo paseo y picnic en La Rivera de los Molinos de Moral de Sayago, un rincón muy especial en donde, el piar de los pajarillos será el único sonido que escuches.
Además, la comarca de Sayago guarda otros tesoros como, los senderos que serpentean entre las colinas y los frondosos bosques llenos de vegetación que nos ponen en contacto con lo más profundo de la naturaleza.
¿Qué te han parecido estos lugares? Después de conocer más acerca de cada uno de ellos, se puede concluir que ambos destinos ofrecen experiencias únicas y atractivas para escapar de la rutina diaria y disfrutar de unos días en contacto con la naturaleza.
Explorar un nuevo destino va más allá de la mera visita, es sumergirse en sus tradiciones, y qué mejor manera de hacerlo que a través de su gastronomía. Descubrir los platos típicos, conocer las recetas originales y familiarizarse con los ingredientes naturales de la zona.
A lo largo de estas líneas, nos sumergiremos en los platos emblemáticos que convierten a los Arribes del Duero en un destino culinario singular. Cada uno de ellos, elaborados con ingredientes frescos y según las recetas tradicionales, contribuye a preservar la autenticidad de la cocina local. ¡Prepárense para una experiencia gastronómica que capturará la esencia misma de esta encantadora región!
Para iniciar este festín culinario, sugerimos comenzar con un plato de embutidos elaborados de manera tradicional y acompañados de una variada selección de quesos, todos con la prestigiosa Denominación de Origen Queso Arribes. Estos quesos, confeccionados a partir de leche de oveja o cabra, poseen ese distintivo sabor intenso que los caracteriza.
Al adentrarnos en los platos principales, la elección dependerá de las preferencias gustativas. Por un lado, encontramos delicias como la trucha, pescada directamente en las aguas del río Duero, o el popular bacalao portugués. Para los amantes de la carne, no deben perderse los platos que incorporan jabalí, ciervo o conejo, ingredientes comunes y deliciosos en la región.
Si deseas explorar los auténticos sabores de los Arribes, te recomendamos probar las patatas meneás al estilo Arribes, la sopa castellana, la carrillera guisada, el bacalao a la tranca, los frejoles pintos con arroz, la famosa sopa de ajo cocido o el hornazo típico de Fermoselle, tradicionalmente degustado después de la Pascua.
Si tienes predilección por los dulces, la repostería local tiene renombre por sus delicias como los repelaos, el periquillo y las perronillas, elaborados con ingredientes tan simples como huevo, harina, manteca y anís. Además, no puedes pasar por alto las peras al vino tinto, la miel y otras creaciones que tienen como base la almendra, cosechada directamente de los campos de la región.
En el ámbito gastronómico, es imperativo destacar los vinos, con su propia Denominación de Origen, D.O. Arribes, que abarca tanto las provincias de Salamanca como Zamora.
La peculiaridad de estos vinos se la otorga los suelos graníticos y el clima continental de la región que convierten a los Arribes del Duero en un lugar ideal para la producción de vino. Esta tradición ha perdurado a lo largo del tiempo, dando origen a la construcción y conservación de numerosas bodegas.
Aprovechamos para recomendarte visitar algunas de ellas para sumergirte en la cultura vinícola local y tener la oportunidad de degustar algunos ejemplares.
Se caracterizan por su aroma y color intenso. Al gusto tienen una estructura robusta con unos taninos muy marcados.
A diferencia de los tintos, destacan por su ligereza y frescura, propiedades que los convierten en la opción ideal para acompañar platos de pescado, mariscos o una tabla de quesos locales.
Como ves, además de toda la belleza paisajista de los Arribes del Duero, también ofrece una variada y deliciosa gastronomía para que te vayas con el estómago más que satisfecho.
Para los amantes de la buena comida, les sugerimos hacer un recorrido gastronómico en el restaurante de la Posada Doña Urraca, premiado en varias ocasiones por sus menús.
Podrás elegir entre degustar entre un amplio abanico de platos tales como el solomillo, el chuletón de ternera sayaguesa, los embutidos Puente Robles o, si prefieres algo más ligero, la especialidad de la casa: bacalao. Todos estos manjares se acompañan con una copa a elegir de nuestra extensa selección de vinos, que incluye tanto opciones locales como diversas denominaciones de origen.
Para poner el broche dulce, elige uno de nuestros postres caseros, que van desde arroz con leche y natillas hasta hojaldre de crema. Que no se diga que de la Posada Doña Urraca se sale con hambre. Y como probablemente después de todo este banquete te entre sueño, alójate en una de nuestras 19 habitaciones decoradas con nuestro sello personal y acondicionadas con todo lo necesario para que te sientas como en casa.
En conclusión, los Arribes del Duero se definen como un destino polifacético que va más allá de su asombrosa belleza natural. Sea cual sea tu preferencia, este destino te ofrece una experiencia completa repleta de descubrimientos y deleites.
Así que, cuando planifiques tu próxima escapada, considera los Arribes del Duero como la mejor opción para iniciarte en el turismo rural y disfrutar de unos días de desconexión, pero con muchos planes que hacer. ¡Sumérgete en los Arribes del Duero y deja que la naturaleza despierte todos tus sentidos!
¿Mejor destino? Imposible.